Felices Jugando

Ser papá 2021

Ser papá 2021

Isabella Paz
Isabella Paz

Los roles parentales han ido cambiando a través de los años y continúan en constante evolución.  Tradicionalmente, el padre era una figura autoritaria, que inspiraba más miedo que amor,  y debido a su rol de proveedor, se mantenía ausente durante toda la jornada. Sin embargo, el padre actual tiene un rol más activo y afectivo, participa en los cuidados cotidianos, en las comidas, sueño, baño, juegos,  etc.

Unos días atrás,  tomé un avión, y junto a mí,  se sentó  un padre muy joven con su hija de 2. 5 años. Y entre ellos dos, sin saberlo, dibujaron en mi cabeza,  con sus interacciones,  el retrato del papá ideal del siglo XXI.

Durante todo el trayecto, ella , como todos los niños pequeños, hablaba con mucho entusiasmo y alegría de vivir. El la escuchaba con atención y respondía a lo que ella decía.

Pedía un libro para colorear  y él se lo daba. Mientras coloreaba, él la miraba y hacía comentarios sobre lo que ella hacía. Mostraba interés hacia lo que ella estaba haciendo.

Ella dijo que tenía hambre. El preparó la comida que había traído en un envase plástico, desde su casa y aunque comía sola, él la ayudaba cuando lo requería. Con gestos muy pausados y delicados, la limpiaba cuando se ensuciaba. Se ocupaba de sus necesidades.

Estaba posturalmente inclinado hacia ella, hacia su asiento, donde su mirada estuviera a la altura de la mirada de su hija. Toda su corporalidad mostraba la disponibilidad emocional que tenia hacia ella.

Si la notaba cansada, la acomodaba. Si tenia sueño, la acostaba sobre sus rodillas. El padre estaba completamente dedicado a ella, toda su atención centrada en ella. A través de los cuidados que le procuraba, daba la sensación que a la niña no le faltaría nada. Le proporcionaba seguridad afectiva.

Le explicaba las cosas con amabilidad, la miraba con amor , la atendía, la acariciaba. Era tierno y amoroso con ella.

Comenzaron a jugar. Ella cerraba los ojos, fingía dormir. El recorría lentamente con los dedos de su mano, los pies de ella, ella abría los ojos riendo y retirando rápidamente sus pies. Entonces ella volvía a cerrar los ojos y a esperar que él pusiera nuevamente los dedos.  Repitieron este juego varias veces, y ambos se reían a grandes carcajadas. Ella estaba muy feliz y él realmente disfrutaba la relación con ella.

Emocionada con el juego, apoyó los pies y empujó el respaldo del asiento delantero, él se los quitó para que no molestara a la persona sentada.  El  le mostraba el camino de lo que se puede y no se puede hacer, le enseñaba además,  a pensar en los demás.

Ella se puso a ver unos dibujos animados. Durante estos minutos, no perdieron el contacto físico. El le acariciaba el pelo, los brazos. Ella lo tenía tomado de la mano y jugaba con sus manos. Era un momento corto de reposo, en el cual mantenían la conexión.  Había una profunda relación creada en las interacciones previas: las conversaciones, los cuidados, la atención, la ternura, la disponibilidad, el compartir las emociones, el placer del juego y las risas,  fortalecieron su relación.

Poco después, el padre guardó el dispositivo y ella estalló en rabia y llanto. Debido a su corta edad, estaba ya muy cansada. Cualquiera diría que por la ternura que el papá había demostrado durante el viaje, podría conmoverse del llanto de su hija y devolverle el ipad.  Pero no, él la dejó guardada. Frente al desbordamiento de su hija,  se mantuvo firme, y sabiendo que ella necesitaba descansar, la consoló.

Le hablaba, la abrazaba, le mostraba otras cosas. La descarga de la cólera iba en aumento, y ella pateaba el sillón delantero. El no lo permitió. La contenía, y sujetaba suavemente,  mientras le iba hablando a la altura de su mirada.

El papá la acompañó verbalmente todo el tiempo  hasta que él comenzó a contarle un cuento  y ella se calmó. Durante todo su enojo, el papá no se desconectó ni un momento de ella, no la dejó sola en su malestar.

 

LA IMPORTANCIA DEL PADRE

 A través de la observación de estas interacciones con este papá y su hija, nos queda claro que  el rol del padre es fundamental para el desarrollo y florecimiento de los niños.

El padre ayuda a internalizar un sentimiento de valía personal y seguridad afectiva. A través de los cuidados y atenciones de su papá,  esta niña adquiere un sentimiento de ser importante para su padre, de valía personal y seguridad interna, que le permitirá desarrollar relaciones armoniosas con los demás.  Se siente protegida y cuidada, podrá en el futuro cuidar de sí misma.

El padre acompaña emocionalmente en el malestar y ayuda a canalizar la agresividad de los niños, hacia otras actividades más constructivas: contarle un cuento en este caso.

Al ser acompañada en el malestar, el padre ayuda a su hija a canalizar esa rabia reduciendo otros comportamientos destructivos.

 El amor del padre y su disponibilidad emocional, presencia y atención,  desarrollan internamente ESTABILIDAD, FORTALEZA Y CONFIANZA.  Al recibir la ternura y el consuelo de su padre, aún en el desbordamiento, se siente aceptada y amada incondicionalmente. Esta niña comprendió que cuando ella esté mal, habrá alguien que la sostenga, lo que le da estabilidad y fortaleza.

El padre contiene los excesos de los niños. El padre muestra el camino de lo que puede  y no puede hacer. Se mantiene firme y consecuente con los límites que pone y le enseña a respetar a los demás. Enseña al control de sí mismo, renunciando a la satisfacción inmediata: no le devolvió el dispositivo a pesar de su gran enfado.

El padre empuja a la exploración del mundo y a la vida social. El padre rompe el lazo fusional de la madre con su hijo o hija, quien habitualmente, al ser más protectora,  mantiene al niño en posición de dependencia, (al menos en nuestras culturas latinas) y reprime conductas de aventurarse al mundo. El padre estimula a desarrollar iniciativa, descubrir y explorar el mundo.

El padre modela respeto, empatía, paciencia. La relación empática que su papá le ofrece, le permitirá a su vez, desarrollar empatía por los demás.

El padre construye un  vinculo y conexión emocional a través del juego, forma privilegiada de comunicación infantil.  A través del juego con su hija, el padre le muestra que disfruta invertir tiempo y atención en ella, creando lazos profundos que les genera la alegría los acerca y los mantiene unidos. Sin duda, la niña no solo SE SABE amada, sino, lo más importante, es que SE SIENTE AMADA.

 El padre es un modelo de identificación. Para el varón, un modelo a quien parecerse, y para la niña un modelo ideal del sexo opuesto. Es muy probable que la niña de nuestra historia, con la actitud de su padre, busque en el futuro una relación con alguien que esté disponible emocionalmente para ella, que pueda ofrecerle respeto, empatía y ternura.

EL PADRE AUSENTE

Numerosas investigaciones reflejan que crecer sin padre, puede dejar secuelas en los niños. Si bien la madre, familia extendida y amigos,  podrían compensar esta situación,  la ausencia del padre biológico,  puede impactar en el estatus económico de los niños (mayor tendencia a la pobreza),  el nivel educativo que alcancen,  y provocar mayor vulnerabilidad para ser abusados, tener trastornos conductuales como delincuencia, crímenes,  adicciones, abandono escolar, dependencia, conductas sexuales tempranas y embarazos precoces, etc.

¿QUE ES UN BUEN PADRE? O ¿QUE PUEDE HACER EL PADRE PARA FAVORECER LA CERCANIA CON SUS HIJOS?

Convertirse en un buen padre, sobretodo cuando no hemos tenido modelos en nuestra infancia de padres activos, implicados y presentes es todo un reto. No necesitamos solamente orientación y conocimientos sobre la infancia para comprender lo que ocurre con nuestros hijos, sino que es necesario DESARROLLARCOMPETENCIAS RELACIONALES Y EMOCIONALES, que nos permitan estar emocionalmente presentes para ellos.

Y sí!  Probablemente también eso requiera de un trabajo de crecimiento personal.

La capacidad de estar disponibles, de interesarnos por lo que a nuestros hijos les gusta, de posponer nuestras propias necesidades para atender las de nuestros hijos, de escucharlos, la paciencia, la ternura, la  atención, el poder  hacerlos sentir que son amados incondicionalmente, son aspectos que podemos desarrollar si realmente QUEREMOS hacerlo.

En la interacción de este papá con su hija, podemos observar,  que el vínculo padre e hijos, no se adquiere de forma instantánea (al igual que todos los vínculos humanos) sino que SE CONSTRUYE SOBRE LA COTIDIANIDAD, en los momentos pequeños, los juegos, la escucha, el interés, la conversación, los cuidados prodigados, la orientación en los limites y en sus emociones.

Se trata pues, DE ALIMENTAR Y NUTRIR LA RELACION CON ELLOS SOBRE UNA BASE COTIDIANA,  para fortalecer los lazos con ellos,   poder transmitirles, en cada intercambio la sensación de que son importantes para nosotros,  de que son valiosos, y enseñarles habilidades para afrontar el mundo.

Esto requiere (de) una AUTENTICA PRESENCIA Y DE INVERTIR TIEMPO. A cada padre le toca transformar sus horarios laborales para vivir plenamente su paternidad.

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